El mercado de los RAEE está creciendo exponencialmente a nivel mundial. Se estima que estos residuos alcanzarán 56 millones de toneladas por año en 2020, de las cuales 12 millones de toneladas serán atribuibles solo a los países de la Unión Europea. A partir de estos datos, es fácil calcular también la cantidad de metales nobles recuperados al final del ciclo de vida de los diferentes RAEE. Es suficiente pensar que, en media, una tonelada de RAEE contiene alrededor de 200 gramos de oro, de los cuales el 14% se recupera.
Estas cantidades aumentan constantemente no solo porque se producen, y en consecuencia se eliminan, más dispositivos electrónicos, sino también porque mejoran las técnicas para aumentar los porcentajes de recuperación de los metales nobles (del cobre al acero, del oro al mercurio).
Si observamos el mercado global, la demanda de estos metales y la atención hacia los ciclos virtuosos de recuperación, vinculados al concepto de Economía Circular, también crecen de manera neta junto con la oferta. En esta perspectiva, las empresas necesitan organizarse cada vez más para limitar al máximo el derroche y la eliminación de materiales, favoreciendo la recuperación y el tratamiento de estos materiales.
En este escenario, quienes logran proporcionar servicios y tecnologías (máquinas) capaces de garantizar ciclos de procesamiento eficaces, limpios y calibrados en función de las cargas de trabajo de cada empresa, pueden responder a una demanda en rápido crecimiento y encontrar grandes segmentos de mercado.